
Desde siempre, los seres humanos hemos sentido una extraña fascinación por los objetos que sobreviven al paso del tiempo. No hablo solo de piezas de museo ni de reliquias religiosas, sino de todo aquello que, por alguna razón, parece contener algo más que madera, metal o piedra. Hay objetos que parecen susurrar historias, guardar secretos o incluso alterar la vida de quienes los poseen.
Algunos los llaman amuletos y los llevan para atraer suerte, amor o protección. Otros, en cambio, hablan de objetos malditos, cuya sola presencia es capaz de traer desgracia, enfermedad o accidentes. Y, por supuesto, están las reliquias, que para muchos son sagradas, porque se cree que conservan parte de la energía o esencia de una persona santa o de un acontecimiento milagroso.
Lo curioso es que, incluso en pleno siglo XXI, seguimos cayendo bajo el hechizo de estas creencias. Personas cultas, racionales y hasta escépticas se sorprenden al experimentar sensaciones extrañas al sostener un objeto muy antiguo: un escalofrío repentino, un olor que no estaba ahí antes, un recuerdo que no saben de dónde viene. ¿Es sugestión? ¿O de verdad los objetos guardan la huella de todo lo que han vivido?
¿Por qué creemos en el poder de los objetos?
Hay quien dice que los objetos absorben la energía de los lugares y de las personas que los han poseído. Un collar heredado de una abuela muy querida puede hacerte sentir acompañado y protegido. Pero también existe la otra cara: un anillo encontrado en un mercadillo que, de repente, coincide con una racha de mala suerte tan absurda como inexplicable.
En parapsicología, este fenómeno se llama psicometría: la capacidad de percibir información y emociones de un objeto solo con tocarlo. Algunos médiums aseguran que pueden “leer” la historia de un objeto como si fueran páginas invisibles que quedaron impresas en su materia.
Objetos malditos: ¿mito o realidad?
Aquí empieza lo más inquietante. A lo largo de la historia se han documentado casos de objetos que parecen estar rodeados de tragedia. La ciencia lo explica como coincidencia o autosugestión… pero hay listas enteras de sucesos que invitan a dudar.
Un ejemplo conocido es el Diamante Hope, una joya que, según la leyenda, trajo desgracias, ruina y muertes a casi todos sus dueños. O el muñeco Robert, en Florida, que muchos afirman que se mueve solo y provoca accidentes a quien lo insulte. Y no podemos olvidar la silla de Busby, en Inglaterra, de la que se dice que quien se siente en ella morirá de forma repentina.
Amuletos y reliquias: la cara luminosa
No todo es oscuro en este mundo de objetos con poder. Hay piezas que han sido veneradas durante siglos por su capacidad para proteger o bendecir:
- La pata de conejo (en muchas culturas, símbolo de suerte).
- La herradura (especialmente si está colocada hacia arriba para “retener” la fortuna).
- El ojo turco o nazar (para alejar el mal de ojo).
- El anillo atlante (se dice que protege contra energías negativas y enfermedades).
En el terreno religioso, las reliquias son un capítulo aparte: fragmentos de huesos, ropas o incluso gotas de sangre de santos, guardados en relicarios que a veces son verdaderas obras de arte. Para los creyentes, no es superstición: es fe.
Lista de 15 objetos célebres a los que se les atribuye poder
- El diamante Hope – Joya maldita que arruinó y trajo tragedias a varios de sus dueños.
- El cuadro del niño llorando – Se dice que provoca incendios en las casas donde se cuelga.
- La muñeca Annabelle – Protagonista de fenómenos paranormales documentados por los Warren.
- La silla de Busby – Supuestamente condena a muerte a quien se siente en ella.
- El anillo de Valentino – Asociado a desgracias tras la muerte del actor.
- El sarcófago de la “momia maldita” del Museo Británico – Acusado de provocar muertes y accidentes.
- La espada Muramasa – Katana japonesa a la que se le atribuye un espíritu sediento de sangre.
- El cráneo de cristal de Mitchell-Hedges – Rodeado de leyendas sobre sabiduría ancestral.
- El collar de la reina María Antonieta – Vinculado a conspiraciones, escándalos y desgracias.
- La cruz de Caravaca – Considerada protectora contra el mal y portadora de milagros.
- La perla negra “La Peregrina” – Se cree que trae conflictos y tragedias a quien la posea.
- La tabla Ouija original de Kennard – Según algunos, abre puertas a entidades desconocidas.
- La campana de Agres – Relicario valenciano con fama de milagroso.
- El espejo embrujado de Myrtles Plantation – Supuestamente refleja espíritus atrapados.
- El diamante Koh-i-Noor – Una de las joyas más grandes del mundo, ligada a guerras y ambición.
Mi opinión
Yo opino que las energías pueden quedarse en los objetos y en los hogares como ecos del recuerdo. No hace falta que un lugar o un objeto “hable” para que su historia se perciba: basta con que una persona lo suficientemente sensible lo toque o lo observe. Como alguien con la percepción desarrollada, puedo sentir perfectamente ciertas cargas.
No podemos negar que a lo largo de la historia ha habido objetos vinculados tanto a cosas buenas como a tragedias, y que ese tipo de energía, si se acumula en gran cantidad, puede influir en las personas receptivas. No voy a entrar a cuestionar si una maldición es “real” o no. Lo que sí creo es que la carga energética de cualquier cosa influye en nuestras vidas. Puede que un objeto tenga una energía tan negativa que, sin darnos cuenta, nos haga sentir mal y nos deje una estela de vibraciones densas a nuestro alrededor mientras lo tengamos cerca.
Para mí, los objetos antiguos son como contenedores de memorias invisibles: portan lo mejor y lo peor de quienes los tocaron. Y aunque algunos no lo noten, otros lo sienten con toda la intensidad.
¿Y tú?
¿Tienes algún objeto que jurarías que influye en tu vida?
Yo, desde luego, he tenido algunos entre mis manos que me hicieron sentir… cosas que lo contaré en otra ocasión.
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